De Vuelta

Salí de vacaciones y en un parpadeo volví. Pero durante ese pestañar parecía que las cosas salían de su eje natural. La gente cambiaba y el ritmo de mi vida tomaba color vacaciones. Siento que también cambié en cierta medida, la manera en que veía y trataba a determinadas personas de menor confianza se tornó mas cercana y el miedo a no-se-que-pero-no-encajo-aquí se esfumó. Logré (o lograron) quitarme un sentimiento que me molestaba desde un rato largo y hacía que el rosa de mi vida fuese un poco amagentado. Reabrí puertas que pensé haber clausurado definitivamente, y me sorprendí con determinaciones tomadas por algo ajeno a mi razón. Espero no haberme equivocado. Aunque en verda no lo creo. Espero salir bien de los cambios que provoca la Tierra al girar en torno al Sol.
Ahora bien, las clases comenzaron y de a poco a poquito tengo el leve presentimiento de que las cosas se comienzan a reubicar en su antiguo orden, quizás todo vuelva a ser como antes, o quién sabe y tal vez realmente cambié el chip y con una dósis de voluntad y carencia de letargo pueda ajustar la situación a mi conveniencia. En una de esas sea bueno formatear mi disco duro personal y volver a llevar la vida pre-reforma luterana. Hay cosas que realmente siento que perdí y como sea debo recuperar, aunque no estoy segura si es lo correcto, esta vez no sucumbiré a mi miedo constante y persistente a los cambios. Ciertas condicionantes desestabilizadoras emocionalmente están regresando a su punto, lo cual deberia tranquilizarme, sin embargo no tengo claro si eso es lo que quiero realmente. Algo me dice que en esta ocasión debería seguir la intuición.