Nos quieren mucho, poquito, NADA

Los incidentes ocurridos en una sesión del Congreso peruano nos abren los ojos para darnos cuenta que la relación con nuestros países limítrofes, no es de las mejores. Entregar nuestra bandera recién planchada, en signo de ofensa al primer ministro por ser un tipo racional y tener una clara visión de lo que le conviene al Perú, deja entrever que los peruanos no están pensando con la cabeza, siguen con rencor. Por ahí dicen que la envidia es corrosiva. Luego, que el Ministro de Defensa del país del norte haya tirado nuestro emblema nacional de forma despiadada, deja más que claro el odio que nos tienen. Haciendo un balance en relaciones exteriores, no llego a ninguna conclusión. Más bien llego al dilema de que nos conviene más, pensar en grande y establecer lazos con países como Estados Unidos, o la Unión Europea, o los países de Asia; o dedicarnos a fraternizar con nuestros países vecinos con los que tantos problemas hemos tenido. Será porque nuestro nivel en la escala de los países mejor evaluados ha aumentado que nos odian tanto. Esperemos que no sea así, porque si esa fuera una de las razones (no la principal, porque conozco los problemas limítrofes con los países hermanos), el odio que nos tienen va ir creciendo cada día más.